Mi sombrita y compañía

Llegó el Domingo y por fin la gran ruta propuesta por mi amigo Kymki en su foro de motoamoto.com, los asistentes fueron DJnerby e Inma, nuestra reportera móvil oficial, Sagga y Alexandra, Kymki y Miri, Llanero, que le conocimos aquel día y yo, quedamos a eso de las 10:30 en Moncloa, entre el desayuno y los que llegaron tarde a las 11 salimos de allí (¡con la fresca!) cogimos la M40 dirección M-607 y luego la M-607 dirección Colmenar Viejo, nos desviamos por una carretera secundaria que iba hasta Guadalix de la Sierra, antes de llegar a Guadalix vimos la famosa casa del Gran Hermano.

Seguimos dirección Miraflores de la Sierra, allí en plena plaza de Miraflores nos encontramos con un huevo de moteros, decidimos seguir para no demorar la marcha, ya que el calor apretaba de huevos, tenía la chupa de cuero pegada al cuerpo, necesitábamos el aire fresco de la sierra de Canencia.

La subida a Canencia fue un tanto peligrosa, ya que se ve que se habían concentrado justo aquel día todos los clubes de ciclismo de la Comunidad de Madrid, jeje, así que nos encentrábamos pelotones bajando a la que nosotros subíamos el puerto.

Al llegar al puerto de Canencia nos paramos a descansar y a beber agua fresquita del deshielo de la sierra Madrileña.

La bajada del puerto estuvo muy guapa, muchas curvas y mucha “sombrita”, ya que la bajada hasta coger la carretera que va a Lozoya está entre pinares, dejamos Lozoya y su magnifico embalse de Pinilla a un lado y nos dirigimos hasta Rascafría, es en Rascafría donde decidimos parar a tomar unas cervecitas como aperitivo para ir haciendo boca, ya que la parada para comer sería en Cercedilla.

Despúes del aperitivo, empezamos a subir hacia Cotos dejando a la izquierda el impresionante Monasterio del Paular, según subíamos de altitud se notaba mas fresquito y ya llegando a Navacerrada incluso la chupa de cuero no molestaba, el hambre apretaba y ya nos quedaba menos para llegar a Cercedilla.

En Cercedilla empezamos a callejear ya que nadie se lo conocía, hasta que encontramos la plaza central del pueblo donde había infinidad de bares y restaurantes para comer, nos sentamos en una terracita a la sombra y ¡a papear!...

Tras degustar una deliciosa hamburguesa de ternera de la sierra de Guadarrama y del cafecito de rigor, nos dirigimos hacia Guadarrama, para llegar hasta San Lorenzo del Escorial y terminar nuestra ruta en el Puerto de la Cruz Verde.

Después de tomarnos un refrigerio en la Cruz Verde, cada cual se fue para su casa y unos 260 KMS que quedaran para el recuerdo...